¡Oh, Dios!, sostennos a lo largo del día, hasta que se extiendan las sombras y llegue la noche, y se acalle el bullicio del mundo, y pase la fiebre de la vida, y acabe nuestra obra.
Luego, en tu misericordia, concédenos un sitio seguro, un descanso bendito, y paz al fin.
Amén.
