Santa Teresa de Calcuta, deseando ardientemente amar a Jesús como nunca antes había sido amado, te entregaste completamente a él, sin negarle nada.
En unión con el corazón inmaculado de María, aceptaste la llamada de Jesús para saciar su infinita sed de amor y de almas y así ser portadora de su amor por los más pobres entre los pobres.
Con confianza llena de amor y abandono total cumpliste su voluntad, testimoniando la alegría de pertenecerle a él totalmente.
Te uniste tan íntimamente a Jesús, tu esposo crucificado, que él, suspendido en la cruz, se dignó compartir contigo la agonía de su corazón.
Santa Teresa, tu que prometiste traer continuamente la luz del amor a aquellos que viven en la tierra, intercede para que también nosotros deseemos saciar la ardiente sed de Jesús amándole apasionadamente, compartiendo sus sufrimientos con alegría y sirviéndole de todo corazón en nuestros hermanos y hermanas, especialmente en aquellos que, mas de todos, son “no amados” y “no deseados.”
Amén.
Rezar el Padre nuestro y Avemaría