Gloriosa Virgen y digna madre Santa Clara, espejo claro de perfección y pureza, gran pilar de la más viva fe, resplandor de la perfecta claridad y tesoro riquísimo de todas las virtudes.
Por todos estos favores con que el Divino Esposo te colmó, y por el especial privilegio de haber hecho a tu alma trono de tu poderosa grandeza, conquístanos con tu infinita piedad, y que limpie mi alma de las manchas y de las culpas y, sustituidas de todo efecto terreno, sean templo digno de tu hogar.
También te pedimos por la paz y tranquilidad de la iglesia para que se mantenga siempre en la unidad de fe, de la santidad y de las costumbres, que la hacen irrebatible a los esfuerzos de sus enemigos.
Y si fuera para mayor gloria de Dios y bien espiritual mío, concédeme, te lo ruego, cuanto pido en esta oración, y el favor especial que tanto necesito, que se detenga esta terrible tormenta.
Apiádate de mí y consígname rápida y positiva solución a esta urgente y desesperada solicitud, tú como madre y protectora, no me abandones en este difícil momento, presenta mis deseos ante el trono de Dios, pues yo confío en tu bondad infinita, que por tus méritos lograré alcanzar.
Para mayor honra y gloria de nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.