Menciona el nombre de la la futura Madre.
María, madre del amor hermoso, dulce muchacha de Nazareth, tú que proclamaste la grandeza del Señor y diciendo que “sí”, te hiciste madre de nuestro Salvador y madre nuestra: atiende hoy las súplicas que te hago.
En mi interior, una nueva vida está creciendo: un pequeño que traerá alegría y gozo,
inquietudes y temores, esperanzas y felicidad a mi hogar.
¡Cuídalo y protégelo mientras yo lo llevo en mi seno!
Y que, en el feliz momento del nacimiento, cuando escuche sus primeros sonidos y vea sus manos chiquitas, pueda dar gracias al creador por la maravilla de este don, que Él me regala.
Que, siguiendo tu ejemplo y modelo, pueda acompañar y ver crecer a mi hijo.
Ayúdame e inspírame para que él encuentre en mí un refugio donde cobijarse y, a la vez, un punto de partida para tomar sus propios caminos.
Amén.