Señor, mi corazón está necesitado de tu presencia, tengo necesidad de sentir que estás a mi lado, que me amas y que quieres ayudarme a ser feliz.
Necesito que aumentes mi fe, que me hagas confiar más y creer más en ti, que me des la oportunidad de ser humilde para poder persistir en la fe y no darme por vencido fácilmente.
“Jesús, tú eres mi Señor”, quiero que esa frase le dé sentido a mi vida, que desde allí comience a vivir.
Mi Dios, el Señor de mi existencia, nada ocupará tu lugar en mi vida, dale sentido a todo lo que soy.
Ayúdame a vencer el miedo, mis preocupaciones, mis angustias, mi desespero, sabes que sólo tú me puedes ayudarme.
Pongo en tus manos todo mi ser y te suplico que me bendigas para poder vencer todas estas emociones negativas y estar preparado para dar lo mejor en mi vida.
Voy a salir a enfrentar los problemas y la palabra resignación no tendrá cabida en mi vida, porque desde ahora soy una persona nueva, que se esfuerza por conseguir sus bendiciones.
Quiero abrir la ventana de mi corazón para que entren los colores del nuevo amanecer que tú me ofreces, no quiero vivir a oscuras, ven y lléname de ti y de todo lo bueno que sólo tú me puedes dar.
Eres el Rey de mi historia, el que me acompaña en todo momento, el que cumple sus promesas, por eso en este instante me abro a tu acción transformadora.
Gracias por regalarme este momento de oración, por escogerme para vivirlo de este modo.
Amén

